PASE A PLANTA DE CONTRATADOS: AHORA ES CUANDO

PASE A PLANTA DE CONTRATADOS: AHORA ES CUANDO

Tras el compromiso del vicedirector de Radio Nacional, Pablo Ciarliero, para abrir negociaciones sobre el pase a planta de los trabajadores contratados, se han realizado hasta ahora tres reuniones y, pese a la “voluntad” reiterada por la patronal en cada encuentro de avanzar con el plan, las incorporaciones siguen sin efectivizarse.
Más allá de las intenciones, las demoras no pueden desligarse de la orientación de conjunto que exhibe el Gobierno, empeñado como está en sus propósitos de seguir precarizando el empleo mediante distintos planes de reforma, laboral y jubilatoria, animado por lo que considera fue un buen resultado en las últimas elecciones y sobre todo estimulado por la completa parálisis de la burocracia sindical. Una burocracia que, mientras lame sus heridas por el resultado de las PASO, sólo está enfrascada en resolver su propia interna y virtualmente ha archivado la posibilidad de un paro general o de cualquier atisbo de lucha después de la vaciada movilización del 22 de agosto.
En este contexto los trabajadores debemos retomar las deliberaciones para analizar la situación y establecer cómo intervenimos para acelerar el cumplimiento de los compromisos asumidos por la empresa para efectivizar a los compañeros.
Sabemos por experiencia que las dilaciones no son gratuitas, sobre todo cuando se empieza a acercar la fecha de vencimiento de los contratos. La perspectiva, a este ritmo, es repetir la dinámica del año pasado, cuando ante la inminencia de los vencimientos se nos impuso mutar la lucha por el pase a planta por la lucha por la renovación.
El papel de las burocracias que operan en la radio ya quedó expuesto en el acta que firmaron con la empresa, a espaldas de los trabajadores y hasta dejando al margen a otros sindicatos firmantes de la paritaria. En el acuerdo a libro cerrado establecieron un acuerdo salarial a la baja y pasaron a archivo la situación de los contratados con una mención que se limitó a repetir el incumplido compromiso del año pasado.
La entregada es instructiva, entre otras cosas, por el caso de AATRAC. Esta burocracia pretendió valerse de la herencia precarizadora de la gestión kirchnerista para fingir ciertos signos vitales sobre la base de intentar reagruparse en torno a este problema. Pretendió, así, establecer un puente con el “vamos a volver”, armó un esquema de representación gremial completamente artificial, realizó promesas divisionistas y desmovilizadoras atadas a presuntas gestiones de escritorio y a poco de andar develó que todo era puro humo.
Los compañeros que, desesperados por su situación, se vieron obligados a confiar en esta perspectiva ya han hecho su experiencia y serán seguramente parte de las próximas acciones para lograr el pase a planta.
Saben perfectamente que las reuniones y los renovados compromisos de la patronal no devienen del acta trucha firmada por las burocracias sino que fueron el resultado de las asambleas que votaron acciones coincidentes con las celebraciones por el aniversario de la radio.
Es hora, entonces, de poner en blanco sobre negro la situación y resolver un camino a seguir en forma perentoria. Las urgencias de los compañeros no se ajustan al calendario electoral y, por lo tanto, las nuestras tampoco. Debemos en forma nítida recordarle a la empresa los compromisos que asumió y empujar para que las promesas se traduzcan en un cronograma concreto y preciso de incorporación de los compañeros a planta.
Vamos a una asamblea para debatir el carácter de nuestras exigencias y el camino a seguir en caso de que no sean satisfechas. Ahora es cuando.