LOS TRABAJADORES DE RADIO NACIONAL DEFENDEMOS EL CARÁCTER PÚBLICO DE NUESTRO MEDIO
LOS TRABAJADORES DE RADIO NACIONAL DEFENDEMOS EL CARÁCTER PÚBLICO DE NUESTRO MEDIO
El presente documento, que ponemos a disposición de los periodistas y medios y, a través de ellos, a la opinión pública, describe el cuadro de abandono, desinversión y pérdida de audiencia en todo el país que sufre Radio Nacional, como consecuencia de una deliberada política de vaciamiento que está detrás de los despidos y los ataques antisindicales.
El oyente de nuestra radio, más allá de las tandas publicitarias, quizá desconozca que por “Nacional” debe entenderse que existen 5 frecuencias. Como alguien dijo alguna vez, ‘Nacional es una fábrica de cultura’. Porque en el conjunto de todas las radios que funcionan en Maipú 555 (sin contar lo que producen y comunican las emisoras de todo el país) está la mayor cantidad de reportajes, testimonios, actuaciones en vivo, memorias, efemérides e información general que pueda imaginarse.
Todas transmitiendo, hasta hace relativamente poco, las 24 horas en vivo.
Hablamos de la AM870, de Nacional Folclórica FM98.7, de Nacional Clásica FM96.7, de Nacional Rock FM93.7 y de la Radio Argentina al Exterior, RAE.
Lo paradójico es que el oyente de cada una no necesariamente lo sabe, pero a la vez es interesante como fenómeno: cada una de estas radios tiene sus sus ‘fieles’ oyentes, lo que multiplica la audiencia total y hace que nos acerquemos a múltiples públicos a los que la Radio Pública se dirige.
Lo que queda claro tras esta descripción es que son 5 frecuencias, que tienen sus respectivos programadores, conductores, locutores, operadores de estudio, editores, coordinadores, musicalizadores… y sus estudios de transmisión. Y por supuesto, hay (había) además un servicio de noticias que trabajaba las 24 horas para la AM y las 3 FM, y varios equipos que producen contenidos especiales, sin olvidar a quienes suben los contenidos a las páginas web.
¿Es posible hacer funcionar esta fábrica de cultura con una dotación pequeña? No, definitivamente no.
En Nacional, entendiendo por ese nombre a las 5 radios que trabajan las 24 horas del día en Buenos Aires y además las 49 que hacen su trabajo en las locaciones más diversas, no sobra gente. No sobra nadie si cada emisora hace lo que tiene que hacer y cumple con su cometido de entretenimiento, de difusión cultural, de informar.
Por eso, los trabajadores de Radio Nacional luchamos contra los despidos y la política de vaciamiento a la que está siendo sometida la emisora por parte de las autoridades de la empresa y el sistema nacional de medios y contenidos públicos.
En Nacional no sobra nadie y los trabajadores somos parte de la programación y de los contenidos.
Los primeros días de enero, la dirección de la radio, siguiendo los lineamientos del Gobierno y el Ministerio de Modernización, despidió a 16 compañeros precarizados.
Compañeros que, tras muchos años de esperar que sus contratos fueran renovados, el gobierno actual decidió “no renovarlos” y dejarlos en la calle. Esto en el marco de un plan de ajuste que incluye “jubilaciones anticipadas”, prohibición de horas extras y próximos “retiros voluntarios”.
La perversidad del método con el que fueron efectuados los despidos, no tiene antecedentes. Los trabajadores se enteraban que habían perdido su fuente de ingresos, su sustento, cuando llegaban a fichar y el reloj biométrico les indicaba que estaban “fuera del sistema”. Sin comunicación previa, sin directivos que enfrenten la situación y sostengan sus decisiones, de la forma más cruel.
La respuesta sindical de la asamblea de Radio Nacional no se hizo esperar y decidió la realización de dos paros, asambleas conjuntas con los trabajadores de Telam y Canal 7, la realización de festival artístico de difusión del conflicto que congregó a cientos de participantes, y un multitudinario abrazo a la TV Pública.
Desde su llegada, esta gestión se había comprometido a efectuar un plan de regularización del personal contratado fraudulentamente. Esto iba a comenzar en octubre de 2017, puesto que compartía el análisis de los sindicatos (ATRaNa y SiPreBA) en relación con el problema. “Acá no sobra gente”, se nos repetía en cada reunión sindical. Después de octubre, la cosa cambió y la orden del Ministerio de Modernización llevó a desplegar el ataque generalizado contra los trabajadores que tuvo como insumo analítico la participación de una consultora especializada en recortes y ajustes que cobró $1,4 millones por la tarea.
El conflicto de Radio Nacional es una muestra más de un ataque que se despliega en toda la esfera del Estado y que busca diezmar la plantilla de trabajadores en una clara demostración de la orientación social del gobierno de Macri: beneficios y posibilidades de desarrollo para los empresarios, despidos, precarización y hambre para los que vivimos de nuestro trabajo.
El proceso de vaciamiento que se inicia con estos despidos es una muestra clara de que al Gobierno no le interesa mantener una radio pública de calidad, hecha por profesionales altamente calificados sino que pretende vaciar de contenido la función social esencial de Radio Nacional, que consiste en ser el vehículo de una comunicación social que no base sus principios en la lógica mercantil sino que vele por la difusión cultural, la información y el entretenimiento de las mayorías populares.
Los trabajadores en todo el país somos los que ofrecemos la última valla de resistencia para frenar, en forma organizada, con creatividad y esfuerzo las precarias condiciones en las que debemos desarrollar nuestra actividad.
En las provincias, ya no hay suficientes trabajadores para que esas emisoras transmitan con programación propia, por lo que se ven obligadas a conectar con LRA1.
Acá no hay improvisación: el Gobierno, ni bien asumió, obligó a todas las radios del interior a elegir con cual frecuencia se quedaban para emitir programación propia mientras que la otra, sea AM o FM, debía retransmitir LRA1.
Las medidas de ajuste adoptadas hacen que los fines de semana queden radios sin programación local y deban retransmitir Buenos Aires, como LRA3, La Pampa; LRA8 Formosa; LRA 21 Santiago del Estero, LRA15 Tucumán, LRA42 Gualeguaychú, LRA11 y LU4 ambas en Comodoro Rivadavia, LRA2 Viedma, LRA56 Perito Moreno, LRA54 Jacobacci, LRA53 San Martin de los Andes. En violación de la Ley 26.522 que establece para los medios de provincias la obligatoriedad de producir e irradiar contenidos propios.
Como hacedores de un medio clave en la infraestructura de comunicación básica de la Argentina rechazamos esta política. Está en juego, además, la libertad de expresión; por eso luchamos para que Radio Nacional no sólo preserve su carácter estatal, sino también para sostener y acrecentar el desarrollo de sus emisoras de provincia, por su importancia social.
En los sitios más recónditos, Radio Nacional es el principal medio de comunicación virtualmente interactivo que tiene la gente, ya sea para informarse o hasta como complemento o sustituto del teléfono, el correo, Internet, los mails u otras vías disponibles en los centros urbanos pero más escasas y con capacidades más débiles de soportar los rigores climáticos en algunos puntos del país.
Exigimos que el Estado garantice el rol federal y social de la radio, el derecho a la información de los ciudadanos y provea de los recursos para su sostenimiento.
RAE
El transmisor Harris que operaba en la frecuencia 9690khz, y 11710 khz con cobertura para América del Norte, África, este de Europa y oriente quedó inoperable hace más de 15 años.
El transmisor Standard Electric con la frecuencia de 6060khz que operaba para América del sur dejó de emitir en octubre de 2015.
El transmisor General Electric que emitía en 9690 khz, 11710khz, y 15345khz, que opera para Europa, parte de África, Asia y Oceanía dejó de funcionar en marzo de 2017. No hay más, eran esos.
En esta gestión, después de 6 meses sin transmitir, RTA hizo un convenio con WRMI Radio Miami, De Jeff White, emisora comercial de onda corta que “presta” frecuencias a RAE durante algunas horas diarias.
Con el avance de la tecnología se fueron dando de baja transmisiones que se hacían mediante amplitud o frecuencia modulada (AM o FM) y se reemplazaron por internet, pero las grandes cadenas de broascanting, conservan en perfecto estado sus instalaciones y programas de onda corta.
Internet es solo un complemento para estas emisiones que llegan a lugares impensados. En las regiones del mundo donde no hay internet o es restringida, la onda corta llega. Donde llegue el aire, llegará la onda corta.
La onda corta siempre va a permanecer como un espacio viable y posible de comunicación. Los asociados particulares son los que hacen lazos solidarios en todo el mundo, de comunicación y salvaguarda de la soberanía y ayuda en casos de catástrofe o necesidad.
Actualmente RAE es una radio por Internet, que emite mediante streaming las 24 horas y luego se envían los cortes vía web a Miami. Es decir que la emisión de información y cultura que el estado argentino hace hacia el mundo, depende de la tercerizada “buena voluntad” de Jeff.
Todos los países tienen asignados su espacio para transmisiones de onda corta, satélites, etc. Al usar el espectro de aire para las transmisiones, se considera que son parte de la soberanía del país.
Hay un espacio que le corresponde a la Argentina y en esas frecuencias de onda corta se manejan comunicaciones de barcos, comunicaciones oficiales, etc.
Un servicio de comunicación internacional también es parte de la soberanía del Estado como difusión de información y garantía de información y difusión tanto hacia el exterior como hacia el interior.
En un territorio tan extenso como el nuestro, y con la particularidad de su geografía que incluye desiertos y montañas, disponer de la posibilidad, en caso de catástrofe o extrema necesidad, de llegar a toda la población con la información necesaria, es un deber del Estado.
Sin detenernos en la separación de compañeras con 25 y 15 años de antigüedad en el servicio que, por expresar sus disidencias con el proyecto que se pretendía poner en marcha, fueron “trasladadas” al servicio informativo. O los compañeros que pidieron el pase a otras dependencias porque no veían apreciados sus conocimientos para la nueva etapa.
Debe quedar claro que los trabajadores queremos recuperar RAE, queremos compartir nuestra cultura, allí donde llegue el aire.
La Asamblea de Mujeres
La urgencia de dos casos, entre los 16 despedidos, convocó a las mujeres a reunirse. Dos compañeras, una embarazada y la otra virtual sostén de familia, habían perdido su trabajo, lo que sensibilizó y movilizó a las compañeras. Como resultado de varias asambleas, se elaboró un documento y se decidió solicitarle a la Directora Ejecutiva, Ana Gerschenson, una reunión urgente.
La reunión fue aceptada, pero a pesar que puntualizamos la urgencia, pedimos la reunión el 19 de enero y nos dieron fecha para el 30 de ese mes.
El 30 de enero nos dijeron que la directora no nos podía atender. Es evidente que a ella no la sensibilizó la situación.
A continuación reproducimos el documento votado por unanimidad, en la Asamblea de Mujeres, salvaguardando la identidad de las compañeras afectadas:
Las trabajadoras de Radio Nacional reunidas en Asamblea de mujeres nos pronunciamos firmemente en contra de todos los despidos de trabajadoras y trabajadores.
Frente a los ajustes que se traducen en despidos, las mujeres siempre somos las más afectadas y vulneradas, por un lado por nuestra condición de doblemente explotadas, ya que sumamos al trabajo asalariado el cuidado de la familia y el trabajo doméstico. Y por otro lado, la diferencia salarial que existe entre hombres y mujeres se mantiene desde hace años en el 27,6%.
El portal Economía Feminista, señala, además, que de acuerdo a las estimaciones del Foro Económico Mundial, Argentina se encuentra en el puesto 111 en relación a la igualdad entre varones y mujeres en cuanto a la participación económica y oportunidades.
En este contexto, la Asamblea de mujeres de Radio Nacional como parte de un movimiento que al grito de “Ni Una Menos” se propone terminar con la violencia y la discriminación en todos los terrenos, exige la inmediata reincorporación de nuestra compañera J quien durante los últimos cinco años desarrolló sus tareas en Nacional Clásica con un desempeño intachable; así como la inmediata reincorporación de nuestra compañera V, de LRA 28 (La Rioja,) quien fue despedida mientras atraviesa su 4to mes de embarazo, debidamente notificado durante el mes de diciembre de 2017 a la Anses y a la dirección de la emisora, pese la protección de la maternidad contemplada por la ley.
J es madre de una niña de dos años. Ella es la jefa de hogar y ahora sólo cuenta con el ingreso de $9.000 que cobra su pareja para afrontar alquiler, alimentación y salud, entre tantos otros gastos.
Se trata de un valor extremadamente por debajo (44 por ciento inferior, para ser precisas) de los $16.027,98 fijados por el INDEC en noviembre 2017 necesarios para no caer en la pobreza. Dejar a J sin trabajo es empujarla a esa crítica situación y vulnerar los derechos que, con rango jurídico, le debe el Estado a a la niña, derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social.
En la Argentina, un tercio de las trabajadoras está precarizada y no acceden a licencias por maternidad y en el futuro no contarán con una jubilación digna. J y V eran trabajadoras precarizadas por un Estado que tiene la obligación de garantizar la protección integral de la familia y los derechos de las niñas y los niños. Jy V eran trabajadoras precarizadas en el Estado, y la precarización laboral, es la precarización de nuestras vidas.
De espías y provocadores
La directora Ejecutiva de Radio Nacional, Ana Gerchenson cobró notoriedad cuando frente a conductores y columnistas de la programación armada por el tridente Bauer-Seoane-Muleiro dio a entender que les revisaba el twitter. El hecho, que no pudo pasar inadvertido, marcó una línea.
Con el correr del tiempo, gustos personales de la máxima autoridad de la Emisora dejaron sin trabajo a una compañera, hecho que un año más tarde se repetiría con otro, ambos precarizados y sometidos durante años a fraude laboral. Y pese a los compromisos de no despedir a nadie que el vicedirector, Pablo Ciarliero, había expresado en las reuniones mantenidas con las representaciones sindicales de SiPreBA y Atrana.
En ocasión de una Asamblea en la puerta de la emisora con la participación de compañeras y compañeros de distintas emisoras públicas del país, el subdirector empapeló personalmente la emisora con carteles que responsabilizaban a los delegados de prensa por los eventuales daños que pudieran producirse.
El colmo de la provocación se vivió cuando el mencionado funcionario, el mismo prepotente que quiso intimidar en una asamblea de trabajadorxs filmando con su teléfono celular, en un caso claro de “espionaje interno”, cuyas implicancias penales se están revisando, se sirvió de las cámaras de seguridad para editar y twittear un video (sin audio) en el que se lo ve pasando por el medio de la reunión de trabajadores y sugerir que era insultado y agredido.
En realidad, los empleados de la Radio Pública cantaban: “Unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode” y “Olelé olalá, si esta no es la radio, la radio dónde está”.