EL PARO GENERAL Y LAS Y LOS TRABAJADORES DE RADIO NACIONAL ARGENTINA  

El acatamiento fue alto, pero para las trabajadoras y los trabajadores de Radio Nacional esto no puede quedar en su simple paro. Es fundamental ir a una asamblea general donde podamos organizarnos.

El paro general del 10 de abril, convocado por la CGT, se da en el marco de una crisis económica nacional y un contexto global adverso. El gobierno de Javier Milei desde su llegada implementó recortes que han destruido el poder adquisitivo de los salarios y generado despidos masivos. Nuestros salarios están por debajo de la línea de indigencia, y compramos menos de la mitad de lo que hace un año y medio. Este escenario profundiza la pauperización social y los conflictos sindicales.

En el plano internacional EE.UU. desató una guerra comercial que perjudica nuestra industria al tiempo que la recesión en Europa y Asia redujo la demanda de commodities (soja, carne, litio), y la baja en el precio del petróleo pone en duda la rentabilidad de Vaca Muerta. El acuerdo con el FMI -igual que el anterior- no será una solución para las y los trabajadores.

La adhesión al paro fue alta, paralizando trenes, servicios públicos y la recolección de residuos, aunque la UTA no se sumó, mostrando los límites de la convocatoria y la alineación de la burocracia sindical con el gobierno. La CGT llamó al paro para contener la bronca popular, lo dijeron sin tapujos. Es claro que las y los trabajadores no vamos a encontrar la organización que necesitamos haciendo seguidismo a estas políticas que buscan frenar la lucha para defender intereses que no son los nuestros.

Para las y los trabajadores de Radio Nacional, esto no puede quedar en un simple paro. El ajuste nos está aplastando: salarios por debajo de la indigencia, despidos, condiciones laborales que empeoran. Necesitamos un plan de lucha que vaya más allá de la protesta aislada. Es fundamental ir a una asamblea general donde podamos organizarnos en unidad y exigir la reincorporación de las compañeras despedidas, aumento salarial de emergencia, paritarias sin techo, programación propia las 24 horas, condiciones seguras en las emisoras y la puesta en valor de estudios y transmisores. Solo con unidad y acción decidida podremos enfrentar la agenda antiobrera del gobierno y defender nuestro trabajo y nuestra radio.